Los escenarios mostrados en las películas están creados al mínimo detalle para resaltar la belleza de la naturaleza y de las pequeñas cosas.
Sus paisajes realistas, pintados a mano, transmiten mucha calidez. Aun no ser tan relevantes en la trama, Miyazaki les dedica varios fotogramas en los que solo el tiempo transcurre, transmitiendo una sensación de paz.
Habitación de Arriety Arriety y el mundo de los diminutos (2010) |
Sin Rostro El viaje de Chihiro (2001) |
Yubaba El viaje de Chihiro (2001) |
Habitación de Howl El castillo ambulante (2004) |
Casa de Nicky Nicky, la aprendiz de bruja (1989) |
Dios Ciervo La princesa Mononoke (1997) |
Los colores de las películas de Miyazaki no solo funcionan para representar paisajes vibrantes y llenos de colores de gran intensidad, sino que también trabajan para sumergir al público en las experiencias profundamente emocionales de cada personaje en la pantalla.
La paleta de colores juega un gran papel en la historía ya que desarrolla el tono y la narrativa mientras proporciona información sobre los personajes y las localizaciones.
Según palabras del diseñador de la colorimetría de las películas de Miyazaki, Michiyo Yasuda:
"El color tiene un significado y hace la película más comprensible.
Los colores y las imágenes pueden realzar la situación mostrada en escena"
Aunque los colores no tengan un significado concreto, el espectador inevitablemente forma asociaciones entre ciertos colores y sentimientos. Yasuda, teniendo esto en cuenta, crea paletas de colores con estas asociaciones.
La lluminosidad juega un gran papel junto a la selección de colores, en donde ésta refuerza esas sensaciones que busca evocar el fotograma.
Porco Rosso (1992) |
Ponyo en el acantilado (2008) |